El tesoro de la pirámide divertida
“Literato”, la comedia de Carlos Navarro y Maxi Rodríguez es un redondo retrato de la Asturias actual
Nicolás Ray
Una mujer entre el público hizo una sorprendente matización el jueves, en el coloquio que tuvo lugar tras el estreno en Oviedo de “Literato”, la película dirigida por Carlos Navarro con guion de Maxi Rodríguez, que también la protagoniza. La espectadora confesó que le había entusiasmado esta comedia (mejor dicho, tragicomedia) que cuenta el regreso a una decrépita barriada de les Cuenques de un actor cincuentón, fracasado en Madrid en los trabajos de la escena y del amor. La película, reconoció, era muy divertida y retrataba a la perfección la situación social de Asturias, especialmente en los concejos que fueron mineros. Por eso precisamente, añadió, no se la iba a recomendar a ninguno de sus amigos y conocidos.
Tan contradictorio comentario nos indica dos cosas. Una: el camino de la ficción y la comedia es muchas veces el más efectivo para ponernos delante del espejo y abrirnos los ojos a la cruda realidad que barrimos bajo la alfombra emocional. Dos: contar lo que hay empieza a ser subversivo y vergonzante. Quizá porque, como el protagonista de “Literato”, cada asturiano escucha en su cabeza su propia voz en off y lo que ahí dentro se oye de Asturias es un guion ajeno, redactado por mano de turista, que repite la matraca paradisíaca de la feliz Fartonia, región-museo del prado creada por una inteligencia artificial especializada en fondos de pantalla para viajeros cuquis. No. Como se dice en “Literato”, aquí hay muchos pueblos donde la única manera de hacer un poco de vida es ir a un entierro. Y suerte que hay casi a diario. Es la reconversión del pozo al nicho. Ye lo que hay detrás del colorido trampantojo vacacional del cachopero.
Por eso, recomienden “Literato” a sus amigos y conocidos. Disfrutarán una comedia de reír en cada escena, pero también de pensar de qué coño te estás riendo, con lo jodidos que estamos sin guajes ni chavales y llenos de vieyos. Una película hecha en doce días, con recursos limitados, pero con el engranaje y el tempo de las comedias clásicas en las que ni sobra ni falta, donde cada cosa tiene dos o tres significados y son ligeras porque tienen mucho peso. Una peliculina-peliculona con un reparto donde brillan hasta los rincones de los figurantes (ay, esas señoras del bingo). Pero vayan a ver “Literato” sobre todo porque se verán a ustedes mismos, a todos nosotros, Asturias 2023 y la que nos espera. Y mientras se parten con cosas que no serían de reír –ese es el humor genuino–, despertarán y volverán a caer en la cuenta del peligroso equilibrio que estamos haciendo sobre esta pirámide demográfica radicalmente invertida. La pirámide divertida que es “Literato” nos habla de todo eso.